La celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud en nuestro país son ya algo inminente. Es ocasión de vivir intensamente este tiempo de gracia que se nos regala y de pedir por los frutos espirituales de este encuentro de los jóvenes del mundo con el Santo Padre. En nuestro arciprestazgo y en nuestra parroquia se ha desarrollado un gran trabajo -del que saben mucho diversos hermanos nuestros- para que todo salga a la perfección. Todo está dispuesto para acoger a las jóvenes argentinos y mexicanos que van a compartir con nosotros los días previos a la partida hacia Madrid y para disfrutar junto a toda la Iglesia del regalo inmenso de fortalecer nuestra fe y de renovar nuestro compromiso con el Señor fundados en la roca firme que es el sucesor de Pedro.
Días para la fiesta, para el entusiasmo y para la oración. Sin duda, "¡ésta es la juventud del Papa!"